La represión estudiantil dejó un legado de dolor, protesta y memoria
El 2 de octubre de 1968 se ha convertido en una fecha imborrable para México, una jornada que recuerda la represión estudiantil a manos del gobierno encabezado por Gustavo Díaz Ordaz.
A 56 años de los hechos ocurridos en la Plaza de las Tres Culturas, la exigencia de justicia sigue viva.
Cada año, la frase “2 de octubre no se olvida” resuena en las calles, exigiendo que este episodio de la historia reciente no quede en el olvido.
Contexto del movimiento estudiantil de 1968
Inspirados por las protestas estudiantiles en países como Francia y Estados Unidos, los jóvenes mexicanos se organizaron para demandar mayores libertades políticas y civiles, así como un cambio democrático en el país.
Estudiantes, intelectuales, amas de casa y obreros se sumaron al movimiento, que buscaba poner fin al autoritarismo y la represión.
Las demandas se hicieron más visibles tras la ocupación militar de planteles escolares, desencadenada por una riña entre estudiantes en julio de 1968.
Exigencias y represión en Tlatelolco
Los hechos que originaron las demandas de los estudiantes surgieron tras la ocupación militar y policial de planteles escolares después de una riña entre alumnos de la Escuela Vocacional 5 y la Escuela Preparatoria particular Isaac Ochoterena, el 23 de julio de 1968.
¿Qué exigían los estudiantes en el 68?
El 2 de octubre de 1968 los jóvenes se congregaron en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco en donde expusieron sus demandas:
- Libertad de todos los presos políticos.
- Derogación del artículo 145 del Código Penal Federal.
- Desaparición del cuerpo de granaderos.
- Destitución de los jefes policiacos Luis Cueto, Raúl Mendiolea y A. Frías.
- Indemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del conflicto.
- Deslindamiento de responsabilidades de los funcionarios culpables de los hechos sangrientos.
La marcha de cada 2 de octubre
En el mitin participaron estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, El Colegio de México, la Escuela de Agricultura de Chapingo, la Universidad Iberoamericana, la Universidad La Salle (México), Escuela Normal de Maestros, Escuela Nacional de Antropología e Historia y otras universidades del interior de la República, recordó la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Sin embargo, lo que debía ser un mitin pacífico se convirtió en una de las masacres más cruentas de la historia del país.
Minutos antes de las 6 de la tarde, un helicóptero sobrevoló la plaza y disparó bengalas, señal para que los francotiradores del Batallón Olimpia abrieran fuego. La represión fue brutal, y aunque el gobierno intentó minimizar el número de víctimas, investigaciones posteriores estiman que más de 350 personas perdieron la vida.
Cada año, las calles de la Ciudad de México son testigo de marchas en memoria de los caídos. A 56 años de la tragedia, el grito de justicia sigue siendo el motor de una sociedad que no olvida.
Fuente: Expansión Política
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