El Congreso de Yucatán reconocerá a una mujer yucateca que luchó por los derechos humanos de las mujeres y trabajadores de Kinchil, ya que se presentó la iniciativa para que el Muro de Honor del Poder Legislativo lleve el nombre de Felipa Poot Tzuc.
La historia de esta yucateca que vivió a principios del siglo pasado resulta inspiradora para este Día Internacional de la Mujer, pues a pesar de ser reprimida, abusada e incluso asesinada, su legado y lucha nunca han perdido fuerza, debido a la trascendencia de su labor con los menos favorecidos, especialmente las mujeres.
Felipa Poot Tzuc nació en el municipio de Kinchil, un 14 de enero de 1903, de padres indígenas que trabajaban en una hacienda denominada Santa María.
Vivir en la pobreza y con miedo a perder la vida por los grandes terratenientes de la época, forjó su espíritu para no callarse, ni tampoco extraviar los anhelos de su vida, pues ya desde muy corta edad pudo mirar de frente las problemáticas que los indígenas vivían a diario sin tener forma de defenderse.
Desde muy niña aprendió el español en una escuela rural, se distinguió de las mujeres maya hablantes al poder leer y escribir en dos lenguas.
Felipa Poot Tzuc sufrió de agresión
Su juventud no estuvo exenta de dificultades, pues en aquellos tiempos, ser mujer e indígena representaba una problemática aún más difícil, tan es así que, al inicio de su juventud, Felipa Poot Tzuc sufrió violación a manos del capataz de la hacienda; esa tragedia lejos de acabar con sus ideales, la hizo más fuerte y le dio ánimos para seguir estudiando y educarse en la filosofía del nuevo siglo.
Realizó varias acciones para dignificar a la mujer, a las niñas y poner al ser humano como centro de la gobernanza; fue una tenaz impulsora de las cooperativas y sindicatos de carboneros al ser Kinchil una región rica en la explotación y producción de esta actividad.
Se dice que Felipa Poot Tzuc, de la mano de apenas una docena de hombres y mujeres indígenas, inició un programa de alfabetización para adultos.
La historia nos dice que sus acciones a favor de la libertad de la mujer ante el poder económico, la hizo convertirse en la Presidenta de la liga feminista “Rita Cetina Gutiérrez”, lo que representó un gran realce en su corta pero sin igual vida patriótica para Yucatán y su pueblo natal.
Felipa Poot Tzuc demostró gran coraje y valentía ante el gobernador de esa época, Fernando López Castro, que a lo postre se le recuerda por sus actos de autoritarismo y que se ganó el olvido de la historia; no, así como Felipa Poot Tzuc, cuya voz apagaron a tiros, pero jamás su espíritu que aún sigue impulsando ese fuego por la idea de libertad del pueblo maya y sus mujeres.
Le arrebataron la vida
A Felipa Poot Tzuc se le arrebató la vida un 28 de marzo de 1936 por defender a las mujeres, por aspirar a mejores condiciones del pueblo maya.
Este año 2023, se cumplieron 120 años de su natalicio, y como cada año en Kinchil, cientos de mujeres y hombres, niñas y niños, maestras y maestros celebran y recuerdan su vida y obra, así como el legado que heredó al pueblo de Kinchil y al estado de Yucatán.
Las acciones de Felipa Poot Tzuc han sido estudiadas y hechas un estandarte para los derechos de las mujeres mayas.
Reconocida en Kinchil
En Kinchil existe una biblioteca y una escuela que lleva su nombre, y el día que se celebra su natalicio, se realiza un sentido y profundo homenaje a su memoria.
Por ello, la 63 legislatura, conformada por primera vez con una mayoría de mujeres, reconoce lo hecho por Felipa Poot Tzuc porque gracias a sus primeros pasos hacia el feminismo, las mujeres yucatecas tienen voz.
Es por todo lo anterior que la diputada Fabiola Loeza Novelo, presentó la iniciativa por la que se inscribe con letras doradas en el Muro de Honor del Congreso del Estado el nombre de Felipa Poot Tzuc por haber sido una mujer histórica en la defensa de los derechos humanos de mujeres y hombres del pueblo maya.
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Con información de Novedades