La propuesta de reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, que actualmente se encuentra en análisis en la Cámara de Diputados, ha generado preocupaciones en el sector turístico de Quintana Roo. La secretaria del trabajo en la región, Flor Ruiz Cosío, expresó su inquietud acerca de los posibles efectos negativos que esta medida podría tener en la contratación y en los costos para las empresas.
La principal preocupación radica en el impacto financiero que tendría para los patrones del sector turístico y comercial el otorgar un día adicional de descanso en la jornada de los empleados. Ruiz Cosío señaló que esto podría llevar a un aumento en la nómina patronal, incluyendo sueldos, prestaciones y seguridad social para el personal eventual o suplente necesario para cubrir el día adicional de descanso.
Además, la secretaria del trabajo advirtió que algunos establecimientos podrían optar por cerrar un día más a la semana para evitar estos costos adicionales, lo cual también representaría pérdidas para la parte patronal.
Otra consecuencia potencial de esta reforma es el aumento en los costos de productos comerciales y servicios turísticos para compensar el gasto adicional en el pago de salarios a más personal. Este aumento de costos, a su vez, podría recaer en los consumidores, generando preocupaciones adicionales en un momento en que la industria turística busca recuperarse.La propuesta de reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, que actualmente se encuentra en análisis en la Cámara de Diputados, ha generado preocupaciones en el sector turístico de Quintana Roo. La secretaria del trabajo en la región, Flor Ruiz Cosío, expresó su inquietud acerca de los posibles efectos negativos que esta medida podría tener en la contratación y en los costos para las empresas.
Ruiz Cosío también resaltó que los empleados que disfruten de un segundo día de descanso en su jornada semanal podrían perder ingresos, especialmente en el caso de propinas, que a menudo representan una parte significativa de sus salarios.
Además, la secretaria del trabajo subrayó el riesgo de que, al descansar un día más, los trabajadores no cumplan con sus metas de trabajo, lo que podría resultar en la pérdida de bonos de productividad, ventas o comisiones, así como algunas prestaciones.
En resumen, la propuesta de reducción de la jornada laboral plantea desafíos significativos para el sector turístico en Quintana Roo, generando debates sobre los impactos financieros y laborales que podría conllevar.
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