El Cónclave comienza tras la partida papal
Tras la muerte del Papa Francisco, el Vaticano activó uno de sus protocolos más antiguos y reservados: el Cónclave, el proceso por el cual se elige al nuevo líder de la Iglesia Católica.
El fallecimiento del pontífice argentino a los 88 años marca el inicio de una serie de ritos religiosos y decisiones que culminarán con la proclamación de un nuevo Papa.

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Inicio del luto en el Vaticano
Con la confirmación oficial de su muerte, comienza un periodo de nueve días de duelo conocido como Novendiali.
Durante este tiempo, se realizan oraciones, misas y actos litúrgicos en honor al Papa fallecido. La Congregación de Cardenales, que reúne a los purpurados más altos de la Iglesia, se encarga de los preparativos del funeral, el cual suele celebrarse entre el cuarto y sexto día después del fallecimiento.
Durante esta etapa, la atención del mundo se centra en el Vaticano, donde la Plaza de San Pedro acoge a miles de fieles que se reúnen para rendir homenaje al pontífice y orar por el futuro de la Iglesia.

Elección será en la Capilla Sixtina
Una vez concluido el funeral, el proceso de elección del nuevo Papa se activa con el inicio del Cónclave. Los cardenales con derecho a voto, todos menores de 80 años, se aíslan del exterior dentro de la Capilla Sixtina. Durante este tiempo, no tienen contacto con el mundo exterior y emiten votaciones sucesivas hasta alcanzar el consenso necesario.
Después de cada votación, el resultado se comunica a través del humo que sale de una chimenea en el Vaticano. Si el humo es negro, significa que no se ha alcanzado un acuerdo. Si es blanco, se confirma que hay nuevo Papa.
Una vez elegido, el cardenal acepta el cargo y elige el nombre papal con el que será conocido. El anuncio oficial se realiza desde el balcón central de la Basílica de San Pedro con la tradicional fórmula latina: Habemus Papam.

El Cónclave podría comenzar entre el 6 y el 12 de mayo, dependiendo de la logística y el tiempo necesario para que todos los cardenales lleguen a Roma.
Candidatos reflejan visiones distintas de Iglesia
El Colegio Cardenalicio que votará en el Cónclave es uno de los más diversos en la historia de la Iglesia. Los posibles candidatos reflejan distintas corrientes dentro del catolicismo global, desde posturas conservadoras hasta visiones progresistas.
Entre los nombres que más suenan está el del cardenal Robert Sarah, de Guinea, con 79 años, quien representa una visión conservadora y ha sido crítico con temas como las bendiciones a parejas homosexuales.
También figura Peter Turkson, de Ghana, de 76 años, un moderado con experiencia en temas sociales y diplomáticos; y Matteo Zuppi, italiano de 69 años, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, con una postura dialogante y cercana a movimientos sociales.
Desde Asia destaca Luis Antonio Tagle, filipino de 67 años, considerado progresista y carismático, cercano al legado de Francisco. Otro nombre fuerte es Pietro Parolin, actual Secretario de Estado del Vaticano, con 70 años, hombre de confianza del Papa fallecido y figura clave en la diplomacia vaticana.
También suenan nombres como Raymond Burke, de Estados Unidos, apoyado por sectores conservadores y vinculado a posturas cercanas a Donald Trump, así como el mexicano Carlos Aguiar Retes, de 75 años, arzobispo de México. Aguiar Retes fue nombrado cardenal por el Papa Francisco en 2016 y es reconocido por su trayectoria dentro de la Iglesia católica, tanto a nivel nacional como internacional.
Nacido en Tepic, Nayarit, en 1950, ha ocupado cargos como el de presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y ha participado en diversos sínodos vaticanos desde 2012.





Decisión esperada con atención global
La elección del nuevo Papa no solo definirá el rumbo de la Iglesia Católica para los próximos años, sino que también enviará un mensaje sobre el equilibrio de fuerzas dentro del Vaticano. Con más de 1,300 millones de fieles en el mundo, la figura del Papa sigue teniendo un impacto global en lo religioso, social y político.
Por ahora, el mundo católico entra en una fase de reflexión y expectativa. La fumata blanca, cuando llegue, pondrá fin a este proceso y marcará el inicio de un nuevo pontificado.