Entre 8 y 9 de cada 10 personas mayores de 35 años presentan alguna enfermedad de las encías: gingivitis o periodontitis. Esta última es la principal causa de pérdida de dientes en los adultos y, según la OMS, figura como la sexta patología crónica en el mundo, detrás de la caries.
Y sin embargo, aproximadamente la mitad de la población adulta europea (incluyendo Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido) no sabe qué es, como indica un estudio presentado el pasado mes de junio. Por ejemplo, en España, el porcentaje de desconocimiento alcanza el 51 %. En el mismo trabajo se observa que esa ignorancia desciende hasta alrededor del 35 % en niveles educativos y socioeconómicos altos.
¿Qué es la gingivitis o periodontitis?
La gingivitis es una forma frecuente y leve de enfermedad de las encías (enfermedad periodontal), que causa irritación, enrojecimiento e hinchazón (inflamación) de la parte de las encías que rodea la base de los dientes. Es importante tomar la gingivitis en serio y tratarla rápidamente. La gingivitis puede llevar a una enfermedad de las encías mucho más grave, llamada «periodontitis», y a la pérdida de dientes.
La causa más frecuente de la gingivitis es una mala higiene bucal. Los buenos hábitos de higiene bucal, como cepillarse los dientes al menos dos veces al día, usar hilo dental a diario y realizarse controles dentales periódicos, pueden ayudar a evitar o revertir la gingivitis.
Una inflamación exacerbada
¿A qué se debe ese reguero de secuelas? Cuando un paciente padece periodontitis avanzada es que su sistema inmunológico ha respondido a la agresión bacteriana de forma poderosa mediante la inflamación. Concretamente, a la presencia de bacterias gramnegativas (G-) anaeróbicas en el surco gingival, el espacio que existe entre la encía y el diente.
Los citados microorganismos, presentes en la biopelícula o biofilm bacteriano oral, tienen la capacidad de colonizar los tejidos que conforman la encía; es en ellos donde se produce la exacerbada respuesta inflamatoria. Esta reacción natural a la agresión de los microbios acarrea consecuencias, tanto en la boca como en el resto de nuestro organismo.
Localmente, la invasión de bacterias y sus toxinas produce una atracción de células de defensa y proteínas. Como consecuencia, se genera una cascada de potentes mediadores de la inflamación que destruyen el colágeno presente en la encía y en el hueso. Esto es lo que deteriora la inserción y el soporte de los dientes.
De la diabetes al cáncer gastrointestinal
En lo que se refiere a la diabetes, la periodontitis avanzada aumenta la resistencia a la insulina, lo que provoca el peor manejo de la enfermedad. También genera un aumento en los niveles de proteína C reactiva –un marcador de inflamación– y la tensión arterial: ambos indican el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares.
Respecto a la moderada asociación con el alzhéimer, es más importante cuando se detecta la existencia de Porphyromonas gingivalis (la principal bacteria de la periodontitis) en el cerebro. Así mismo se ha observado que la elevada y continuada presencia de otro microorganismo fundamental en el desarrollo y progresión de esta dolencia, Fusobacterium nucleatum, puede incrementar el riesgo de padecer cáncer gastrointestinal.
Medidas de higiene
Ahora, las buenas noticias: la prevención de la periodontitis es fácil. Debe incluir una buena higiene oral para eliminar la placa bacteriana oral dos veces al día con un cepillado de dos minutos –el cepillo eléctrico puede resultar de gran ayuda– y el uso de cinta dental y cepillos interdentales.
Por supuesto, también necesitamos eliminar periódicamente las bacterias en una clínica dental con aparatos sónicos, ultrasónicos o manuales. Y es fundamental que un periodoncista o dentista diagnostique el estado de salud de sus encías para evitar males mayores.
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