La disputa legal entre el estado de Texas y la Administración del presidente Joe Biden sobre la instalación de boyas flotantes en el Río Bravo, la frontera sur de Estados Unidos, sigue en pie. A pesar de la disminución en el paso de migrantes por la frontera, el conflicto legal entre el gobernador republicano Greg Abbott y el gobierno federal no muestra signos de resolverse pronto.
El Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito emitió un fallo el martes por la noche, permitiendo que la barrera flotante instalada por el gobierno de Texas permanezca en el río. Esta decisión revoca un fallo previo que ordenaba la retirada de las boyas, dictado por un panel de jueces y el magistrado David Ezra el pasado 6 de septiembre.
El gobernador Abbott celebró la decisión, afirmando que la batalla para mantener las boyas en el agua continúa. En un comunicado, Abbott expresó: “Luchamos para mantener estas barreras en el agua y, con la decisión del Quinto Circuito, ahí es exactamente donde permanecerán. Esta lucha está lejos de terminar”. Esta es la primera victoria legal significativa para Texas en esta controversia, que comenzó con una demanda del Departamento de Justicia de EE.UU. buscando el retiro de las boyas por considerar que constituyen una “obstrucción a la capacidad navegable” del río.
Texas asegura que Biden no tomó medidas para asegurar la frontera
El gobierno de Texas ha defendido la barrera flotante, argumentando que la instalación era necesaria para “defenderse” de una presunta “invasión” de migrantes, dado que, según su opinión, la administración Biden no tomó las medidas adecuadas para asegurar la frontera sur. Texas argumentó en su apelación que el juez Ezra se equivocó al calificar las boyas como una obstrucción y al ordenar su retiro.
A pesar de la batalla legal, el argumento sobre el flujo masivo de migrantes ha perdido peso. Las detenciones en la frontera suroeste disminuyeron a niveles de septiembre de 2020, con 56 mil arrestos de extranjeros en julio, según datos de CBS. Además, las boyas han causado que el gobierno mexicano pida reiteradamente su retiro, alegando que la mayoría de las boyas están en territorio mexicano. La Comisión Internacional de Límites y Aguas, una entidad binacional, corroboró esta afirmación en un informe presentado ante el tribunal de Ezra.
El conflicto sobre las boyas en el Río Bravo refleja tensiones continuas en la política migratoria y la seguridad fronteriza entre los gobiernos estatal y federal en Estados Unidos. La resolución final del caso aún está por verse, pero la batalla legal subraya la complejidad y la controversia que rodean las políticas de inmigración y la seguridad fronteriza en el país.
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