El proyecto del Tren Maya, concebido como un impulso para el turismo y desarrollo en la región, está generando una creciente preocupación por sus efectos sobre el entorno natural, sobre todo en el Tramo 5.
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Estragos en el Tramo 5
Integrantes de ‘Sélvame del Tren’, una organización dedicada a la preservación ambiental, han advertido sobre los impactos negativos en las aguas de ríos subterráneos en Quintana Roo, específicamente en el tramo 5 sur del Tren Maya.
La Alarma: Turbiedad en las Aguas Subterráneas
El sistema Sac Actún alberga una red de ríos subterráneos que ostenta el título del sistema más grande del mundo con alrededor de mil 800 kilómetros explorados. Entre sus joyas, se encuentra el sistema de cuevas inundadas de Dos Ojos, un atractivo icónico para buzos de todo el mundo y un tesoro natural de incalculable valor. Sin embargo, en días recientes, la tranquila transparencia de las aguas de Dos Ojos se ha visto afectada por la turbiedad, lo cual ha encendido las alarmas entre los defensores del medio ambiente.
Advertencias Previamente Ignoradas
José Urbina Bravo, un apasionado buzo de cuevas y miembro activo de ‘Sélvame del Tren’, recuerda con preocupación que estos efectos negativos tras el Tramo 5 fueron previamente advertidos. Los sedimentos desprendidos, una consecuencia directa de los trabajos del Tren Maya, han alterado el delicado equilibrio acuático de la región. Urbina Bravo señala que las partículas de sedimentos no provienen directamente del cenote, sino de otras partes del acuífero. Esta revelación subraya la interconexión y fragilidad del ecosistema subterráneo que está siendo impactado por el desarrollo del tren.
Dos Ojos: De Aguas Cristalinas a Aguas Turbias
El caso de Dos Ojos es particularmente representativo del dilema al que se enfrenta Quintana Roo. Este sistema de cuevas inundadas, un auténtico paraíso acuático, ha experimentado un cambio drástico en su apariencia. Donde antes se encontraban aguas cristalinas y transparentes, ahora se extiende un velo de turbiedad. Este fenómeno visualmente impactante es una llamada de alerta sobre la fragilidad de los ecosistemas subterráneos y la necesidad urgente de adoptar medidas de conservación, debido al Tramo 5.
Desarrollo Vs. Preservación: Un Equilibrio Crucial
La coexistencia entre desarrollo y preservación es un desafío constante. En el caso del Tren Maya, se plantea una tensión entre el fomento del turismo y el impacto ambiental. La ubicación de los trabajos del tramo 5 sur del Tren Maya en las cercanías de Dos Ojos es emblemática de este dilema. Si bien se reconoce el valor económico y social que puede aportar el tren, es imperativo considerar los efectos adversos en el ecosistema, como lo demuestra el caso de Dos Ojos.
El Rol del Gobierno y la Comunidad
El gobierno federal ha llevado a cabo negociaciones para adquirir terrenos necesarios para el proyecto a través de expropiaciones. Aunque estas acciones son respaldadas por causas de utilidad pública, la comunidad y los defensores del medio ambiente están llamando la atención sobre las consecuencias. La afectación en sistemas como Dos Ojos no es un caso aislado, y la voz de alarma es clara: se requiere un enfoque más equilibrado que considere tanto el desarrollo económico como la preservación ambiental.
Una Lucha por la Integridad Ambiental
José Urbina Bravo presentó el año pasado una demanda de amparo, argumentando la afectación de su interés legítimo por un medio ambiente sano. Su papel como buzo de cuevas le otorga una perspectiva única sobre la fragilidad de los sistemas subterráneos y su importancia para la biodiversidad y el turismo. La demanda de Urbina Bravo subraya la necesidad de abordar estos problemas desde una perspectiva legal y regulatoria, buscando salvaguardar la integridad ambiental en medio de un desarrollo en curso.
Conclusiones: Un Llamado a la Reflexión y Acción
El caso de Dos Ojos y los efectos negativos en las aguas de los ríos subterráneos de Quintana Roo son un llamado de alerta que no debe pasarse por alto. El Tren Maya, si bien puede traer beneficios económicos y sociales, también puede tener un alto costo ambiental. El desprendimiento de sedimentos y la turbiedad de las aguas son evidencia palpable de este costo. Es esencial que se fomente un diálogo abierto y constructivo entre todas las partes involucradas, incluyendo al gobierno, a la comunidad y a los defensores del medio ambiente.
La historia de Dos Ojos y su transformación de aguas cristalinas a aguas turbias es una lección de la interconexión de la vida y la fragilidad de los ecosistemas. La preservación de estos tesoros naturales debe ser una prioridad indiscutible en cualquier proyecto de desarrollo. El Tren Maya es una oportunidad para encontrar un equilibrio sostenible entre el progreso y la protección ambiental. En última instancia, la reflexión y la acción consciente son cruciales para garantizar un futuro donde los ríos subterráneos y la rica biodiversidad de Quintana Roo continúen prosperando en armonía.
Fuentes: Novedades
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