La colocación irregular de tuberías de agua potable en el municipio de Dzemul, en el noreste de Yucatán, ha generado preocupación entre campesinos y ambientalistas, debido al daño potencial que esta obra podría causar a los manglares y una salinera prehispánica en la región. El proyecto, que busca llevar agua potable a Telchac Puerto, ha sido rechazado por miembros de la comunidad local, quienes afirman que atraviesa áreas naturales de gran valor ecológico.
Juventino Náhuat Pat, uno de los 65 socios de la salinera Xtampú, explicó que el alcalde de Dzemul, José Wilberto Flota Aké, comenzó la instalación de una tubería de PVC a lo largo de un tramo de 15 kilómetros, pero sin contar con los permisos de impacto ambiental necesarios. “Este proyecto atraviesa manglares y charcas salineras, lo que pone en riesgo la flora y fauna de la zona”, advirtió.
Los manifestantes, entre los que se encuentran otros socios de la salinera, indicaron que no permitirán que se sigan colocando las tuberías cerca de los ecosistemas sensibles. “No vamos a permitir que destruyan los manglares ni el sustento que nos brindan nuestras salineras”, aseguraron. La comunidad también expresó su preocupación por las repercusiones que el proyecto podría tener en el suministro de agua para el pueblo de Dzemul, que actualmente enfrenta problemas de escasez del vital líquido.
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Proceso irregular y antecedentes de clausura
Este proyecto no es la primera vez que enfrenta oposición. En 2023, las autoridades ambientales ya habían detenido la obra debido a los daños que podría causar al medioambiente. En mayo de 2024, el proyecto fue clausurado nuevamente por las mismas razones. A pesar de las advertencias y los problemas legales, el alcalde reelecto de Dzemul insiste en continuar con el plan para llevar agua potable a Telchac Puerto, a pesar de que, según los manifestantes, esta obra no beneficiaría a Dzemul, sino que afectaría aún más el ecosistema local.
Los habitantes de Dzemul subrayan que la obra no ha sido bien planificada, ya que no solo se pone en riesgo la fauna y la flora, sino que también agrava la escasez de agua en su propio pueblo. “Nosotros también necesitamos agua, pero este proyecto no es la solución”, comentó José Armando Pat Canul, otro de los manifestantes.

La importancia de los manglares y las salinas prehispánicas
La región de Dzemul alberga manglares que son esenciales para la protección de los ecosistemas costeros. Estos manglares desempeñan un papel fundamental en la protección contra tormentas y ciclones, además de ser hogar de diversas especies de fauna. Según Jorge Alfredo Herrera Silveira, profesor investigador del Cinvestav Mérida, la conservación de los manglares es clave para la resiliencia de las comunidades costeras. “México es el cuarto país en el mundo en extensión de manglares, y Yucatán posee el 60% de ellos. Es crucial que tomemos medidas para preservarlos”, explicó.
Herrera Silveira también destacó la necesidad de encontrar soluciones que no perjudiquen estos ecosistemas. “Es posible llevar agua potable sin afectar los manglares, pero es necesario un diagnóstico adecuado y un diseño alternativo de la obra”, indicó. El experto recomendó que, en lugar de colocar tuberías al ras del suelo, se utilice una infraestructura elevada que no impacte negativamente la hidrología del manglar. “Cualquier estructura que pase por un manglar debe ser elevada para evitar daños al agua, el suelo y la vegetación”, afirmó.
Propuestas de soluciones y alternativas
A pesar de la situación actual, algunos expertos han sugerido alternativas que podrían permitir el acceso al agua potable sin causar daños ecológicos. “Es fundamental que se busquen soluciones que no solo garanticen el acceso al agua, sino que también respeten los ecosistemas”, comentó Herrera Silveira.
Una de las propuestas que ha tomado fuerza es la creación de un impuesto ambiental para los propietarios de casas veraniegas que recibirían el servicio de agua potable. “El agua pasaría por un ecosistema extremadamente frágil e importante, como el manglar, y las obras de infraestructura deben tener un costo ambiental”, sugirió el investigador. Este tipo de impuestos podría ayudar a financiar proyectos de restauración ecológica y compensación por los daños causados por la obra.
El experto también destacó que las autoridades ambientales deben ser más estrictas en la evaluación de proyectos como este, para garantizar que no se tomen decisiones que afecten irremediablemente a los recursos naturales de la región. “Es necesario que el gobierno y las autoridades ambientales actúen con responsabilidad y promuevan el desarrollo sostenible”, añadió.
Fuentes: López Dóriga
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