Adriana Reyes, madre de Salvador Ramos, aseguró que no tenía conocimiento de que su hijo hubiera comprado armas y se mostró consternada por los pequeños que murieron.
“No tengo palabras para decir porque no sé lo que estaba pensando. Él tenía sus razones para hacer lo que hizo”,
dijo la mujer entre lágrimas a Paco Santana, reportero del Noticiero de Televisa.
Asimismo, Martínez solicitó que “no lo juzguen” y se disculpó por los niños fallecidos y las familias que sufrieron tan terrible pérdida.
“Yo no más quiero a los niños inocentes que murieron que me perdonen. Perdonen a mi hijo, yo sé que él tiene sus razones”, insistió.
Sobre Salvador dijo que “era bien calladito, bien callado, era muy penoso. Él no le molestaba a nadie, él no le hacía daño a nadie”.
En otra entrevista comentó que, aunque “podía ser agresivo” si perdía la cabeza, “no era un monstruo”.
Abuelo de Salvador Ramos es entrevistado
Un día antes que ella, fue su abuelo Rolando Reyes quien habló también para la cadena ABC.
Al igual que la madre, aseguró no saber que su nieto compró armas, las cuales fueron adquiridas entre el 17 y el 20 de mayo, según la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (BATFE) de Estados Unidos.
“No me gustan las armas. No puedo estar cerca de las armas. Odio cuando veo todas las noticias, todas esas personas a las que les disparan”,
dijo el abuelo, que reconoció tener antecedentes penales y que por ello no tiene armas en casa.
Reyes describió como “muy callado” a su nieto, quien la mañana del tiroteo discutió con su abuela por una factura telefónica, pero apunta que fue una riña “nada significativa”.
Días después de cumplir 18 años -la edad legal para comprar armas de fuego en Texas y otros estados- Salvador Ramos adquirió dos rifles de asalto AR-15 con uno de los cuales irrumpió en la escuela primaria de Uvalde.
Después de atrincherarse en una de las aulas del centro, ejecutó a sus víctimas antes de poder ser abatido por un guardia de la Policía Fronteriza.
Los 19 niños asesinados tenían edades comprendidas entre los 8 y los 10 años.
Se trata ya del ataque armado a un centro escolar más mortífero de la historia de Estados Unidos. Otras 17 personas resultaron heridas, entre ellas tres agentes.
La abuela de Ramos, quien recibió un disparo de su propio nieto, está hospitalizada y se encuentra estable. Ella fue quien alertó a las autoridades.
Fuente: Aristegui Noticias.
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